El mar plagado de plásticos es un problema de dimensiones y consecuencias desconocidas. Es un elemento adverso tanto para los ecosistemas marinos como para los humanos. Nosotros ingerimos a través de esos peces el resultado de una vida acuática rodeada de plásticos y microplásticos.

Uno de los conceptos más importantes sobre la forma en que el plástico afecta la salud del planeta, se refiere a la relación entre el tamaño y la peligrosidad. Lo cierto es que cuanto más pequeño se vuelve el plástico, más dañino resulta para el medioambiente y el ecosistema marino.

Los objetos fabricados con elementos orgánicos se descomponen en partes cada vez más pequeñas hasta que desaparecen. Sin embargo, los plásticos, pese a ser cada vez más pequeños como resultado del desgaste del sol y las mareas, no pierden su composición, siempre son plástico. Esos microplásticos son muy peligrosos.

Un estudio encontró que los crustáceos, por alguna razón todavía desconocida, son capaces de destruir el plástico que ingieren en partes muy pequeñas, más pequeñas que el tamaño de una célula. Al ser elementos tan pequeños, pueden atravesar las membranas de las células y acumularse en los animales, “con efectos negativos desconocidos”, según apunta el investigador.

Según diversos estudios, los plásticos en el mar tienen otra problemática. Su capa exterior aceitosa atrae líquidos nocivos que han sido vertidos al mar, haciendo que estos se peguen a la superficie del plástico con facilidad. Los peces ingieren esas toxinas de pesticidas y otros químicos que también flotan en el agua.

El volumen de plásticos en los océanos está aumentando a pasos agigantados, de manera exponencial, como dicen los expertos. Las predicciones hablan de que en los próximos veinte años los plásticos en los océanos van a triplicarse, ni más ni menos. Las iniciativas que se llevan a cabo son muy bonitas a nivel de marketing empresarial e institucional, pero se prevé que sólo consigan disminuir el 7% del crecimiento previsto.

Hay formas de actuar para frenar esto. Los gobiernos pueden crear incentivos para que las empresas dejen de utilizar plástico, y también puede aumentar el apoyo a la innovación que trabaja en fabricar otro tipo de envases alternativos. Además, es importante mejorar los sistemas de reciclaje, que son especialmente deficientes en los países en desarrollo.

Los datos son de antes del covid, por lo que no se ha tenido en cuenta cómo la pandemia puede agravar aún más el problema. Uno de los científicos concluye “El grado en que tal cambio (en la economía del plástico actual) es realista es discutible, pero el documento demuestra que la necesidad de ese cambio es urgente.”

Daniel Alonso Viña
24.11.2020

PD: aquí os dejo una foto de una medusa con una tira de plástico del envoltorio del tabaco en su interior.

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Medusa con plástico